Los planes de retribución flexible son un tipo de pago en especie. Normalmente, se trata de productos y servicios que contrata la empresa para sus empleados a mejor precio que el de mercado, al hacerlo de manera colectiva. Esto supone a la vez un ahorro para el trabajador y una reducción en los impuestos que debe pagar.
Este tipo de retribución permite a las compañías administrar, sin necesidad de realizar grandes inversiones, productos y servicios que el empleado contrataría por su cuenta, como las comidas, los planes de pensiones, los seguros de vida o la guardería de sus hijos. Como la empresa negocia el precio para varios empleados el coste es inferior al que se conseguiría de manera individual. Es una ventaja que se conoce como economía de escala: a mayor compra, mayor descuento.
Según el último informe Infoempleo Adecco de 2018, el 69,9% de las empresas ya ofrece retribución flexible a sus empleados. Este sistema no tiene por qué implicar costes extraordinarios para la compañía, aunque habitualmente la gestión se confía a gestoras externas, es favorable tanto para el asalariado como para la compañía. “Las empresas sí que tienen que asumir el coste derivado del desarrollo e implantación de este sistema“, explica José Antonio Ascarza, profesor de la escuela de negocios ESIC y socio de la consultora Oniria Consulting.
¿Cómo se beneficia realmente el empleado con la retribución flexible?
Además del descuento en servicios, las ventajas fiscales derivadas de adherirse a estos planes pueden resultar atractivas. Si un trabajador que gana al año 25.000 euros, por ejemplo, y destina cada mes 430,83 euros a los servicios que le oferta la empresa, en lugar de aplicar la retención acorde a esos 25.000 euros, se aplicaría por 19.830,04 euros. Al recibir menos dinero, se reduce la retención del Impuesto de la Renta sobre las Personas Físicas (IRPF), lo que supone un ahorro. Y como la empresa consigue los productos y servicios más baratos se reduce el gasto del empleado, como muestra el gráfico.
Al elegir este tipo de retribución hay que tener en cuenta:
La cifra total destinada a estos servicios no puede suponer más del 30% de la retribución anual en bruto. En el caso de ganar 25.000 euros brutos, no puede superar los 7.500 euros de gasto en productos y servicios al año.El dinero destinado a la retribución flexible también paga impuestos. Tiene las mismas obligaciones. El salario en especie paga Seguridad Social y, en algunos casos, como veremos a continuación, IRPF, tal y como se recogen en la nómina.La base de cotización de la nómina es la misma en el caso de un trabajador adscrito a los servicios que ofrece la retribución flexible, que en el de uno que no está adscrito. Lo que sí cambia es el IRPF, que se adaptará a la cantidad resultante de restar al salario bruto la parte del pago en especie.En la nómina del trabajador se reflejará el valor de ese servicio en dinero. “En caso de despido, la parte que se corresponde con la retribución flexible deberá incluirse en el finiquito, también si se solicita la prestación por desempleo”, apunta Emilio Celorio, responsable del departamento laboral de Asesoría Alfil.
¿Cómo funciona la retribución flexible?
El plan de retribución flexible puede organizarlo la empresa, normalmente, a través del departamento de recursos humanos. Este elige unos servicios cuyas condiciones debe negociar con los proveedores (restaurantes, guarderías, agencias de renting de coches…). Para realizar esta gestión muchas empresas optan por subcontratas especializadas. “Hacerlo desde la empresa puede ser farragoso, sobre todo si se decide ofertar una gran variedad de servicios y no se tiene un departamento ex profeso”, apunta José Antonio Ascarza.
¿A qué servicios puedo optar con el plan de retribución flexible?
El abanico de productos y servicios que las empresas pueden ofertar es amplio, aunque cada una elige discrecionalmente los que pondrá a disposición de sus empleados. “Para desarrollar una adecuada oferta de servicios es importante conocer las necesidades de la plantilla. Cada empresa lo puede configurar a la carta. Cuánto más flexibilidad se dé mejor, para que cada uno encuentre lo que necesita. Es una forma de que los empleados se sientan más valorados”, explica Elena Celda, directora ejecutiva de Sodexo Beneficios e Incentivos, consultora de servicios de calidad de vida.
A continuación, encontrarás los servicios más comunes que se pueden encontrar en la retribución flexible:
Seguro médico: La póliza podrá contratarse a favor del trabajador, del cónyuge y de los hijos con un coste máximo anual de hasta 500 euros por persona asegurada o 1.500 si tiene discapacidad.
Tickets de comida: Para empleados con jornada laboral partida. El tope de gasto son 11 euros por día y están exentos de IRPF.
Cheques guardería: Destinados para progenitores con niños de entre 0 y 3 años. Este cheque no incluye los gastos adicionales como excursiones o material. Está exento de tributación.
Tarjeta de transporte: Son nominales y tienen un máximo anual de 1.500 euros.
Formación: Los cursos deben tener relación con la actividad del trabajador y también están exentos de retenciones de IRPF.
Acciones de la empresa: El empleado puede hacerse hasta con 12.000 euros anuales en acciones de la empresa través del plan de retribución flexible. No se tributa por ellas en el IRPF. La oferta de estas participaciones hace que el trabajador se sienta parte de la compañía.
Planes de pensiones: Los límites para la exención fiscal son los recogidos por la ley.
Vivienda: La compañía puede proporcionar alojamiento a aquellos empleados que necesiten desplazarse de la ciudad de residencia habitual. El pagador de la renta tiene que ser la empresa, aunque el contrato se pacte entre arrendador y el trabajador.
Renting de automóvil: La empresa puede proporcionar un vehículo de renting al trabajador, para lo que es necesario firmar un contrato individual por cada vehículo. Se imputará como pago en especie el 20% del valor de mercado del vehículo. También suele ser habitual, el alquiler de plazas de aparcamiento.
Cuotas de gimnasio: Es una manera de fomentar hábitos saludables, pero no se pueden incluir dentro de la oferta de retribución flexible porque no están exentas de tributación en nómina. Lo que sí puede hacer la empresa es subvencionar estas cuotas y deducirlas en el Impuesto de Sociedades.
Es importante reseñar que en el País Vasco o Navarra las condiciones pueden variar según su normativa fiscal.
De todos los servicios que se ofertan como pago en especie, hay unos más valorados que otros por los trabajadores. Según el Informe de Infoempleo Adecco, en los primeros puestos aparecen el seguro médico (36,95%), la formación externa (26,29%), los tickets de restaurante y comedor (22,17%) y los planes de pensiones (20,03%). Por su parte, los menos apreciados son las acciones (8,60%) y el ticket guardería (6,08%).
Fuente: El País
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